La frustración tiene mala prensa, no nos gusta sentirnos frustrados, ni menos que las cosas no salgan como uno espera. Sin embargo, al intentar evitar la frustración, nos negamos la capacidad de aprendizaje que sale detrás de cada cosa que no nos sale como nos gustaría. Ej.Quiero que salga el sol y llueve a mares. Deseo encontrar un trabajo y no lo encuentro. Quiero estudiar y no me lo puedo permitir. Todos los anteriores son muestras de “pequeñas” o medianas frustraciones que vivimos a diario.¿Y si pudiéramos hacer de la frustración nuestra aliada?
¿Qué es la frustración?
La frustración se produce cuando la vida, alguien, o nosotros mismos nos privamos de algo que esperábamos. Nos frustramos constantemente, y aún así, seguimos pensando que tenemos que pensar en positivo. La frustración es una respuesta emocional a situaciones que se resuelven al revés de lo que nosotros pensábamos, y a muchos les cuesta tolerar esa frustración porque piensan que la vida, tiene que calzar con su tamaño de zapato, en vez de adaptarse y aprender de lo que la vida nos va presentando.
La tolerancia a la frustración la vamos a aprender de pequeños, en función de si nos han puesto límites o si nos han protegido de la frustración. En función de eso, hay personas que van a saber manejar mejor la tolerancia a la frustración que otras.
¿Cómo puedes tolerar la frustración en tu vida?
Creo que lo interesante es qué hago cuando me encuentro con la sensación de no haber logrado lo que deseaba, de haber perdido lo que tenía. ¿Cómo me siento? ¿Cómo me acompaño en este proceso? ¿Cómo soy conmigo cuando me siento frustrado? ¿Me ayudo o me machaco y critico? Si me culpo, la sensación de malestar va a aumentar.
Voy a tener que aprender a equivocarme y a frustrarme muchas veces, de esta manera, cada vez voy a tolerar mejor la frustración en mi vida. Es necesario que me exponga a situaciones que no me salen bien, para aprender a levantarme del suelo. Imagina un niño al que sus padres no le dejan frustrarse, no le dejan equivocarse, ni caerse en ningún momento. A este niño, le va a costar mucho manejar las situaciones de enfado a medida que vaya creciendo.
«Si te caes siete veces, levántate ocho.»
– Proverbio chino-
¿Cómo acepto mi frustración?
Puedo convertir la frustración en mi aliada, en mi amiga. El secreto será descubrir cómo quiero que me acompañe. Ser tolerante conmigo y darme más ayuda y maltratarme menos. Descubrir el mensaje que tiene para darme.
La frustración puede ser mi compañera, porque no se trata de evitarla, sino se trata de atravesarla de la mejor manera posible. Así, si me siento mal porque las cosas no han salido como esperaba, quizás, puedo aprender de la experiencia y estar lista para el próximo reto. ¿Si no me ha salido el trabajo que esperaba, qué puedo aprender de ello? ¿Podría, prepararme mejor para la próxima entrevista? ¿Podría, dejar de buscar trabajo y empezar a ofrecerlo? ¿Qué puedo aprender de mi frustración? Como puedo sacarle provecho?
Aprender a aceptar lo que no sale como nos gustaría, es uno de los mejores caminos para darse cuenta de que, cuando las cosas no son como yo quiero, tampoco se acaba el mundo. Significa aceptar las cosas como son y esto no quiere decir resignarse o no hacer nada para conseguir lo que deseo. Sino, descubrir las posibilidades y estrategias para lograr aquello que quiero.
También me permite, ver cuán reales son mis expectativas, cuánto de real hay en lo que quiero hacer. Y reconocerme qué estoy haciendo para no conseguir que ocurra. Darme tiempo para experimentar la frustración y sostenerla, me va ayudar afrontar la vida de una manera más calmada y sosegada.
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